El cantante Milan Perišic ha sido uno de los personajes destacados en la ópera Antony &…
Entrevista con Mireia Pintó, mezzosoprano
Mireia Pintó (Manresa, 1968) es una mezzosoprano formada en Italia y Francia que ha participado en conciertos, festivales y óperas a nivel nacional e internacional. Ha cantado títulos como: Giulio Cesare, Cenerentola, Il barbiere di Siviglia, La italiana in Algeri, Il turco en Italia, Andrea Chenier, Eugene Onegin, Parsifal, Die Walküre, Ariadne auf Naxos o Elektra y debuta en el Gran Teatro del Liceo la temporada 1998/99 con Parsifal, Durante los últimos años, ha participado en Káťa Kabanová (2018/19), Otello (2020/21), Píkovaia dama (2021/22) e Il trittico (2022/23).
Este año podremos volver a verla en el Liceu en el papel de Larina a Eugène Onegin. Los Amigos no queríamos perdernos la ocasión de entrevistarla y conocer esta mezzosoprano un poco más a fondo. Entrevista a cargo de Marc Balcells, vicepresidente de Amics del Liceu
Amics del Liceu: Quantes funcions i produccions has cantat al Gran Teatre del Liceu?
Mireia Pintó: No t’ho sabria dir, em va sorprendre molt quan la temporada passada es va retransmetre Il Trittico i en una entrevista en Ramon Gener em va fer exactament la mateixa pregunta i vaig contestar que no ho sabia… eren unes 150, ara ja deuen ser unes 160 i és un plaer estar aquí. Sí que recordoque el meu primer contacte amb el Liceu va ser justament amb l’òpera que fem ara, Eugene Onegin, quan es va fer l’any 1998. Recordo que era al Japó en una gira de concerts i em van trucar per dir si volia fer de cover d’Olga i va ser un regal i una sorpresa perquè no havia audicionat, però havia guanyat concursos i estava treballant a nivell professional. Em va fer molta il·lusió. No vaig arribar a fer cap funció però sí que vaig fer assajos amb orquestra, etc. I per això em fa més il·lusió poder estar en aquesta producció.
A.L: D’on et ve la teva passió per l’òpera i com t’hi acabes dedicant?
MP: Vaig començar a estudiar al conservatori de Manresa, vaig començar pel piano i en un moment donat un dels professors em va dir que tinc un instrument bonic i que m’hi podria dedicar professionalment. Vaig pensar que valia la pena provar-ho. Vaig combinar piano i cant fins que vaig escollir el cant com a prioritat perquè ambdues coses eren molt exigents.
A.L: Vas tenir com a professors Regine Crespin i Alberto Zedda…poca broma
M.P: Em sento afortunada per les persones que m’han format perquè m’han aportat molt musicalment i tècnicament, així com també diferents visions, estic contenta i agraïda.
A.L: Vas passar de l’ Acadèmia Rossiniana a Cenerentola a La Zarzuela?
M.P: De fet va ser a l’inrevés, primer va ser el meu debut a La Zarzuela, vaig fer unes audicions i em van donar el rol. Vist en perspectiva, vaig debutar amb un rol molt exigent que té l’ària al final de l’òpera, però estic molt contenta, ho vaig gaudir moltíssim, va ser una experiència molt maca.
Amigos del Liceo: ¿Cuántas funciones y producciones has cantado en el Gran Teatre del Liceu?
Mireia Pintó: No te lo sabría decir, me sorprendió mucho cuando la pasada temporada se retransmitió Il Trittico y en una entrevista Ramon Gener me hizo exactamente la misma pregunta y contesté que no lo sabía… eran unas 150, ahora ya serán unas 160 y es un placer estar aquí. Sí recuerdo que mi primer contacto con el Liceu fue justamente con la ópera que hacemos ahora, Eugene Onegin, cuando se hizo en 1998. Recuerdo que estaba en Japón en una gira de conciertos y me llamaron para decir si quería hacer de cover de Olga y fue un regalo y una sorpresa porque no había audicionado, pero había ganado concursos y estaba trabajando a nivel profesional. Me hizo mucha ilusión. No llegué a realizar ninguna función pero sí hice ensayos con orquesta, etc. Y por eso me hace más ilusión poder estar en esa producción.
A.L: ¿De dónde te viene tu pasión por la ópera y cómo te acabas dedicando?
MP: Empecé a estudiar en el conservatorio de Manresa, empecé por el piano y en un momento dado uno de los profesores me dijo que tengo un instrumento bonito y que podría dedicarme profesionalmente. Pensé que valía la pena probarlo. Combiné piano y canto hasta que escogí el canto como prioridad porque ambas cosas eran muy exigentes. A.L: Tuviste como profesores Regine Crespin y Alberto Zedda…poca broma
M.P: Me siento afortunada por las personas que me han formado porque me han aportado mucho musical y técnicamente, así como también diferentes visiones, estoy contenta y agradecida.
A.L: ¿Pasaste de la Academia Rossiniana a Cenerentola en La Zarzuela? M.P: De hecho fue al revés, primero fue mi debut en La Zarzuela, hice unas audiciones y me dieron el rol. Visto en perspectiva, debuté con un rol muy exigente que tiene el aria al final de la ópera, pero estoy muy contenta, lo disfruté muchísimo, fue una experiencia muy bonita.
A.L: Com has vist aquesta evolució dels cantants cap a una part més d’actors, diferent de com es veia unes dècades enrere?
M.P: És interessant posar-se a la pell dels personatges que interpretes, que poden no tenir res a veure amb tu, però aquest és el repte: veure com sent aquesta persona, contextualitzat en l’època i intentar ser aquesta persona. Això és el més honest, hem de cantar i expressar uns sentiments que formen part del personatge. En això s’ha guanyat molt gràcies a Maria Callas, que va donar una empenta molt grossa en el fet que al món de l’òpera hi hagués una part no només vocal sinó també interpretativa intensa.
A.L: En el cas d’Il trittico saltaves d’un paper a l’altre i canviar de registres, com va ser?
M.P: Va ser una producció molt intensa, penso que vaig ser la única que estava a les tres produccions, però molt interessants. Intentava, cada vegada que canviava de vestit, simbòlicament treure’m també la pell de cadascuna d’elles per incorporar-me a la següent. La música també era un contrast, l’entorn era diferent, intentava que cada òpera fos el que havia de ser.
A.L: Saltant entre Il trittico i Eugène Onegin, com les veus aquestes produccions?
M.P: D’entrada, quan estudio els personatges, em faig una idea a través del llibret, el personatge i tot el que passa per acumular més informació de tot allò que l’envolta i intento veure què sent el personatge. A partir d’aquí quan arribo a l’assaig veig què em demana el director/a d’escena i com això es combina. La majoria de les vegades l’essència del personatge és la que està en el llibret, més enllà que et vesteixin d’una manera més moderna o més d’època i no es desvirtua encara que canviï. Els personatges senten, odien… els sentiments son els mateixos ara que al s. XV. Es tracta d’anar a l’essència i després veure què demana el director d’escena i poder-ho combinar.
A.L: ¿Cómo has visto esta evolución de los cantantes hacia una parte más de actores, diferente a cómo se veía unas décadas atrás?
M.P: Es interesante ponerse en la piel de los personajes que interpretas, que pueden no tener nada que ver contigo, pero éste es el reto: ver cómo siente esa persona, contextualizado en la época e intentar ser esa persona. Esto es lo más honesto, debemos cantar y expresar unos sentimientos que forman parte del personaje. En esto se ha ganado mucho gracias a Maria Callas, que dio un empuje muy grande en que en el mundo de la ópera hubiera una parte no sólo vocal sino también interpretativa intensa.
A.L: En el caso de Il trittico saltabas de un papel a otro y cambiar de registros, ¿cómo fue?
M.P: Fue una producción muy intensa, creo que fui la única que estaba en las tres producciones, pero muy interesantes. Intentaba, cada vez que cambiaba de traje, simbólicamente sacarme también la piel de cada una de ellas para incorporarme a la siguiente. La música también era un contraste, el entorno era diferente, intentaba que cada ópera fuera lo que iba a ser.
A.L: Saltando entre Il trittico y Eugène Onegin, ¿cómo las ves estas producciones?
M.P: De entrada, cuando estudio a los personajes, me hago una idea a través del libreto, el personaje y todo lo que pasa por acumular más información de todo aquello que le rodea e intento ver qué siente el personaje. A partir de ahí cuando llego al ensayo veo qué me pide el director/a de escena y cómo esto se combina. La mayoría de las veces la esencia del personaje es la que está en el libreto, más allá de que te vistan de una forma más moderna o más de época y no se desvirtúa aunque cambie. Los personajes sienten, odian… los sentimientos son los mismos ahora que en el s. XV. Se trata de ir a la esencia y después ver qué pide el director de escena y poder combinarlo.
A.L: ¿Qué tal está yendo la producción de Eugène Onegin y Larina?
M.P: Muy contenta de hacer este rol y volver al Liceu, que es el teatro que todos los cantantes de aquí llevamos en el corazón sin lugar a dudas, es un trabajo muy interesante y una compañía con fantásticos compañeros. En el caso del segundo cast no hemos podido trabajar con el sr. Loy pero sí con el asistente y ha estado muy bien. Curiosa la visión de esta segunda parte porque yo contaba que Larina, como ocurre habitualmente, no estuviera en la segunda parte, pero todos formamos parte de la paranoia que Onegin tiene dentro de su cabeza, fuera del contexto habitual y siempre es interesante ver diferentes puntos de vista y cómo hacer varias lecturas de una misma cosa.
A.L: Creo que tu personaje es muy interesante porque traza con sus palabras el palo de pajar de la obra, como la costumbre es un regalo que sustituye a la felicidad en definitiva
M.P: Sí, a Larina la hicieron casar con un señor y primero lloró mucho, pero como la convivencia era más o menos buena se acostumbró a ello y es la costumbre que se sobrepuso a la felicidad.
A.L: Gran contraposición con Olga, el papel que te preparaste para el año 1998
M.P: Sí, Olga es una personalidad muy contrastada con Tatiana, es muy romántica y lee muchos libros, se había apartado del mundo con la fantasía romántica de la felicidad, vive más al día y disfruta del ahora.
A.L: ¿Tienes algún momento o producción al que tengas un amor especial?
M.P: Seguramente sería injusto destacar alguno porque siempre he procurado dar lo mejor que he podido de mí misma, lo único que diría es La Cenerentola porque fue mi debut y fue en el Teatro de la Zarzuela porque el Teatro Real todavía estaba cerrado. Dirigió Antoni Ros-Marbà, pero hay tantos recuerdos y tan bonitos que es difícil distinguirlos.
A.L: Tendremos a Mireia por temporadas, ¿no? M.P: Sí, tenemos varias cosas apalabradas Grandes noticias, nos quedamos tranquilos. Muchísimas gracias por estos minutos que nos has dedicado, pero también por todos estos años de placer como público que disfrutamos de tu arte.